martes, 22 de octubre de 2019

el ojo de la Luna

Estás, siempre estás.
Me acompañas
en mi mente,
en cada trago de este vino barato.
En cada pitada
de cigarrillo.
suelo dibujarte, dibujo tus piernas,
tus ojos, tu sonrisa.
Camino un poco
dentro de la habitación que me agobia,
se vuelve una agonía a veces.
Y otras tantas es un cobijo. Miro
por mi ventana,
la noche
ya cayó, es reina en
este lado de la tierra
y yo te busco.
Otra vez.  En estos putos escritos,
con las manos adormecidas
por la borrachera
por los golpes a la pared...
Estás siempre estás, de vez en cuando me rescatas
del fondo de mi mismo...
¿cuánto mal se puede hacer uno mismo?
es idiota pensar
darle vueltas
al mismo tema.
La televisión zumba en la cocina
la canilla gotea, y
el humor se espesa 
La Luna sonríe con
su único ojo,
mientras me anima
¡Vamos! estás a un paso
del precipicio