domingo, 19 de febrero de 2017

La llamada

Hace días estoy esperando esa llamada, mañanas enteras, tardes de calor y
frías y solitarias noches. Obviamente ya no vas a llamarme,
demasiado hemos sufrido los dos como para que me digas “hola, te extrañé”.
Tengo un poco de comida en
la heladera y muchos sueños en mi colchón, te
soñé varias veces seguidas, acostada conmigo, desnuda y sonriente.
Obviamente ya ni te acordás
de mi rostro, de mis palabras y mucho
menos de mi voz. Alguna vez me dijiste
que nosotros eramos el mejor lugar del mundo, ojala que haya sido verdad,
porque realmente te extraño.
Estaba sentado en un bar,
un poco borracho pero bastante consciente
como para seguir sintiendo algo, el olor a vomito
y cigarrillo se clavaba en el cerebro y
daba nauseas, salgo a tomar un poco de aire fresco
y un poco de coraje para seguir tomando....
estaba fresca la noche, inusual en una noche
de verano, te imaginaba sonriente, y en cualquier lado menos junto a mi.
Era una tortura, un dolor inmenso y no podía sacarte.
Compro un whisky, y me voy del lugar, esta oscuro el
camino y yo solo lo veo de a partes, estuve tirado varias
veces pero no me gusta como me veo ahora. Callado y solitario.
¿Fuimos felices? Realmente no me acuerdo,
creo en algo pero no sé si fue verdad; si no lo fuimos porque
te extraño tanto y ¿cómo mierda hiciste para que no te duela? ¿cómo?
Solo esperaba tu llamada, realmente lo hacia.
Termino en una plaza, hablando con cualquiera.

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